lunes, 28 de mayo de 2012

Salida del 27 de mayo de 2012.






domingo, 27 de mayo de 2012 (9:00h) 
 Distancia
Tiempo
Veloc media total
Veloc media parcial
6ª JORNADA


horas
 minutos
segundos


En grupo

      20,000  
0
51
32
      23,286  
      23,286  


      30,000  
1
6
51
      26,926  
      39,173  


      40,000  
1
32
56
      25,825  
      23,003  


      60,000  
2
15
30
      26,568  
      28,191  


      70,000  
2
35
50
      26,952  
      29,508  


      80,000  
2
57
2
      27,114  
      28,302  
Abandono

      90,000  
3
31
35
      25,522  
      17,366  













Salida del domingo 25 de mayo de 2012 (Pascua de Pentecostés).

La salida está programada para las nueve horas. Desayuno tostadas y café.
Estaban todos los compañeros firmando el acta de salida y Martín hacía de conductor.

Fuimos calentando piernas hasta Loeches, y nos desviamos a continuación a la izquierda en busca de Pozuelo del Rey. Hasta allí la carretera tendía a ser en cuesta arriba muy ligera. Me mantuve con los gallos, aunque ya algunos compañeros de mis características, es decir, cintura ancha, se quedaron retrasados. Nos dirigimos ahora a Valdilecha en el kilómetro veintiséis aproximadamente. Es en este momento donde Angel y otros gallos deciden romper con la unidad del grupo y adelantarse. La carretera de Valdilecha va en descenso, hasta llegar a una zona de bajada pronunciada con una curva de herradura muy cerrada. En la travesía de esta población se pasa ciertamente a una velocidad inadecuada porque transitan peatones que merecen ser vistos y respetados y lo cierto es que quizá llevemos más velocidad de la necesaria.
Destaco la media parcial de este tramo puesto que fue superior a 39 km/h entre Pozuelo del Rey y Tielmes.
En Tielmes tomamos una carretera que nos dura unos once o doce kilómetros muy asquerosa y pestosa que nos obliga a minorar la velocidad.
Cruzamos la población de Villarejo de Salvanés y nos dirigimos a Belmonte de Tajo. A la salida de esta población noto cierta flojera y me quedo descolgado.
Llegué a Chichón con menos de un minuto de retraso con mi grupo y no sé cuánto tiempo con los campeones.
En la pastelería de la plaza de pueblo me tomé una napolitana y un “Nestea” y sin casi terminar todos arrancan el culo de su asiento para partir. Entiendo que los campeones ya llevaban más tiempo y tenían ganas de continuar, pero nosotros acabábamos de llegar. Todos salieron como huyendo del demonio y solo José Luis Conde tenía su bici perfectamente aparcada y salía de una cafetería. Le dije que se habían marchado todos y que nos teníamos que buscar la vida. Ni siquiera tuvo Jose-Luis tiempo de coger agua para el camino.
Arrancamos casi sin saber qué carretera había que tomar. Vimos el Cuartel de la Guardía civil y dedujimos que se ubicaba en la carretera de Valdelaguna. Mientras tanto, Martín desde el coche nos vio y se extrañó de que ya estuviéramos solos, pero es que nunca fuimos agrupados o acompañados en la vuelta.
Ante la certeza de que ya iba a ser imposible enganchar con los de delante y sin haber tenido tiempo de vaciar la vejiga paré junto a un árbol para obsequiar a la planta con una micción que llenara sus raíces de nutrientes y sales minerales. Por otra parte José Luis paró en Valdelaguna (pasamos por el pueblo y no por la carretera variante) para llenar la botella de agua.
Desde Valdelaguna el camino era cómodo, en ligera bajada hasta el río Tajuña. Una vez en Perales de Tajuña subimos una rampa de unos dos o tres kilómetros que me terminó de rematar. Tras ir en pareja a relevos para tratar de no perder mucho t iempo o enganchar con algún descolgado de los de delante, comienzo las rampas sin resuello. Estaba muy fastidiado. José-Luis se me iba lenta pero ciertamente. Martín me ofreció el coche para “remolcarme” pero yo que soy un deportista, me negué muy ofendido a dicha oferta; no soy Cavendisch.

Tras llegar a la subida y ya nuevamente con José-Luis que me esperó tomamos camino hacía Campo Real. Siendo un terreno difícil Martín nos adelantó con el coche para fuéramos tras él que nos cortaba el viento y de muy buena manera. Sin embargo, aunque llevábamos más velocidad empecé a notar pinchazos y calambres en el muslo y por lo tanto decidí parar y echar la bici al coche. ¡Vergonzoso! ¡Humillante!
José Luis continuó en solitario, seguido del coche escoba, con nuestra escolta hasta Torrejón. Fue un auténtico sufridor.


Sonido radiofónico sobre el momento del abandono.





Torrejón de Ardoz, el mismo día 27 de mayo de 2012 a las veintitrés horas y veinticinco minutos.
Fdo: Oscar Barbado

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