miércoles, 2 de mayo de 2012

SALIDA DEL MARTES, 1 DE MAYO DE 2012.


SALIDA DEL MARTES, 1 DE MAYO DE 2012.

martes, 1 de mayo de 2012 (9:00h) 
 Distancia
Tiempo
Veloc media total
4ª JORNADA 

horas
 minutos
segundos

En grupo 
      96,230  
3
31
7
      27,349  




Festividad De San José Obrero.
Tomamos la salida a las nueve de la mañana. Firmo las actas de salida y pocos minutos después de las nueve arrancamos camino de Ajalvir. No es un grupo tan numeroso como en otras ocasiones, pero hay que recordar que es martes y que por tanto, habrá compañeros que han salido de puente.

En Cobeña recordamos el adoquinado de su travesía que induce a circular por la zona reservada a los peatones, la acera. Recordaré al Sr. Alcalde de Cobeña que dicha superficie la puso de moda el General Primo de Rivera en los años veinte del siglo XX y que ese adoquinado ya no se lleva en ningún lugar moderno. Tal solado solo es bueno para destrozar las bicicletas y para lesionar brazos y hombros. ¡Que informe sobre cuánto costó la obra de “modernización” de la travesía y que dimita!

Tomamos la rotonda de Algete sin problema y de camino a Fuente el Saz nuestro jefe de centuria, Severiano, tuvo un pinchazo. Antes de llegar a Talamanca de Jarama, Emilio también pincha.
Foto Millán


Estos pequeños percances sin mayor importancia retrasaron la marcha y los capitanes del grupo decidieron llegar a Torrelaguna pero se suprimió la subida prevista al “Canal”. Así paramos en un bar del este pueblo de Torrelaguna y tomamos el café.

Foto Millán
Tras la vitualla tomamos la carretera por la que llegamos pero seguimos con sentido hacía Guadalajara. Del grupo nos descolgamos Jose-Luis González, Francisco Morante y yo que perdemos rueda y teniendo viento de cara no conseguimos enlazar. Millán, que actúa de conductor del coche escoba, nos anima pero no podemos con el ritmo. Poco después echamos mano a Martín (el hombre del bigote blanco) y los cuatro nos dirigimos a las primeras rampas que nos han de llevar a El Casar. En ese primer tramo yo iba bien, de hecho eran mis compañeros los que me seguían a mí. Llegamos a la zona de bajada y descanso para afrontar las cuestas de la urbanización “Las Colinas”. Fue en ese tramo donde me quedé sin fuelle y se me escaparon mis tres compañeros. En ese momento, Seve (descolgado de la cabeza) nos animaba desde los metros anteriores a la cumbre que llega a El Casar.

Foto Millán
Finalmente, tras dejar El Casar hacemos un grupo de descolgados entre los que están los siguientes compañeros: José-Luis González, Francisco Morante, Martín (bigote blanco), Seve, Miguel y Andrés (creo que me dejo a alguien). Nos dirigimos a Ribatejada,  llevamos un ritmo aceptable, sin bien yo no paso a la cabeza porque ya iba justo de fuerza. Tras dejar atrás el pueblo de Fresno de Torote y en uno de esos repechos duros que se suben con el plato grande adelantan/mos a un ciclista de ruedas gordas (MTB). ¿Para qué lo adelanté? El hecho de cambiar de ritmo para adelantar me sacó de punto; Millán desde el coche me hizo un guiño para que me agarrará al coche para terminar de subir el repecho, sin embargo el espíritu deportivo me impidió realizar tan política maniobra (el adjetivo “política” debe asemejarlo el lector con “corrupta”). Así mis compañeros se distanciaban de mí mientras que el ciclista de ruedas gordas me volvía a adelantar y finalmente adelantó al resto, puesto que aminoraron su macha para esperarme.
Al final llegamos a Daganzo y de allí fuimos al polígono industrial de Ajalvir en la carretera de Torrejón. Por esos tramos José-Luis González y Paco Morante me fueron dando empujones y posteriormente “remolcándome”. Salvando las distancias parecía la imagen del “Vía Crucis” con el cuarto misterio doloroso, Jesús camino del Calvario con la Cruz a cuestas. Paco Morante y Jose-Luis González hacía de cirineos ayudándome a arrastrar la bici, digo la cruz.
Por lo tanto quiero hacer público y expreso agradecimiento a tan encomiables esfuerzos de todos los compañeros del grupo, pero en especial a estos dos ciclistas que con máximo destreza supieron remolcarme y empujarme sin que ninguno diéramos con nuestro huesos en el suelo en dichas maniobras.
Finalmente, alrededor de las trece horas y quince minutos llegábamos a Torrejón.
Al momento de redactar esta crónica, 21:50 horas del mismo día primero de mayo, no he tenido todavía ningún calambre en las piernas, aunque sí los he previsto puesto en ese último tramo de la ruta a punto estuvo de paralizarse mi cuadriceps derecho.


Hasta la próxima salida que no sé cuando será.

Torrejón de Ardoz, a primero de mayo de dos mil doce.

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