lunes, 12 de septiembre de 2011

Salida del domingo 11 de septiembre de 2011 (festividad de Santa María de la Cabeza).

Salida media hora antes de lo establecido en el libro de ruta, a las ocho y media. Como no podía dormir me levanté a las cinco y media a leer y aproveché para meterme un desayuno de ciclista profesional: Puré de verduras, croissant a la plancha, café con leche, tostadas con mantequilla y mermelada y un yogurt. Me faltó un pieza de fruta, pero no me cabía más y a las siete y media de la mañana, en sigilo me interné en el cuarto de baño para hacer una deposición previa a la salida.
Llegué a velódromo a las ocho de la mañana y poco a poco fueron llegando compañeros a la salida. Faltaban muchos gallos. Aunque sé que me voy a dejar nombres en el tintero, diré los que tengo ahora en la memoria: Emilio, Alejandro, Martínez Heredia, Antonio Asensio, José-Luis González, Jose-Luis Conde, Antonio Queiruga, Martín, Seve, Millán, Juan, Carlos Coria, Miguel, Benito, Angel, Francisco Morante. Sé que me dejo alguno, en fin pido perdón al no nombrado.
Eché en falta, a parte de los gallos, a David Núñez, Pichín, Nacho (el arquitecto segoviano), Nacho Vecino (de fiestas en Loeches), Maño y alguno más.

Fuimos calentando piernas hasta Loeches, y nos desviamos a continuación a la izquierda en busca de Pozuelo del Rey. Hasta allí todo era en cuesta arriba muy ligera. Nos dirigimos ahora a Valdilecha en el kilómetro veintiséis aproximadamente. Hasta Valdilecha la carretera va en ligero descenso, hasta llegar a una zona de bajada pronunciada con un curva de herradura muy cerrada. Continuamos juntos, todos, hasta Tielmes. En esta población José-Luis González anuncia al grupo que iba a tomar otra ruta para llegar a Chinchón. El motivo es que la carretera de Tielmes a Villarejo de Salvanés está en muy mal estado. Como ya dije en mis comentarios a esa carretera en la salida del doce de junio de este mismo año, esta vía tendrá una longitud de unos diez kilómetros y en palabras de nuestro compañero Millán, es una carretera “pestosa”: El firme está en mal estado, es estrecha, es una sucesión de curvas y contracurvas y de sube-y-baja. Con José Luis González nos descolgamos del grupo José-Luis Conde, Martín, Benito y este cronista. Así los cinco, sabiendo que hacíamos menos distancia que el resto de compañeros hasta llegar a Chinchón, hicimos el recorrido despacio con un leve calentón en la cuesta que enlaza con la carretera de Valdelaguna.
Llegamos a Chinchón y bajamos a su Plaza por una calle con fuerte pendiente, y suelo empedrado que provoca molestias en los antebrazos y noto como las ruedas de la bici sufren también. Nos comimos un bollo típico del lugar (con característico sabor al anís de allí) y un acuarios. Al poco tiempo llegaron el resto de compañeros que tomaron la ruta establecida. Tomamos café y nos hicimos varias fotos en la plaza.
Desde la típica plaza con casas desde cuyos balcones se pueden contemplar las corridas de toros que se celebran en la plaza, se aprecia la iglesia parroquial de la Asunción (siglos XVI-XVII), híbrido entre el estilo gótico y renacentista.
Foto gentileza de Francisco Morante
Foto gentileza de Francisco Morante


Continuamos con destino a Valdelaguna, desde allí hacia Valdeperales. La carretera era llana picando para abajo y por un tramo de carretera nueva en bajada nos dejamos llevar alcanzando la velocidad máxima del día, 78 km/h. Se trata de un tramo de carretera con buen firme y con curvas abiertas que dejan ver el final. Además en la parte de bajada la carretera sigue siendo de curvas abiertas por lo que apenas hay que tocar el freno. Desde Perales de Tajuña comenzamos una subida un tanto dura. Una vez culminada la ascensión algunos dieron vueltas a una rotonda para esperar a los compañeros y pocos minutos después ya estábamos todos reagrupados.
Antes de llegar a Campo Real se quedó rezagado un grupo de unos cinco compañeros los cuales nos indicaron que había alguno “tocado por el hombre del mazo” y que siguiéramos para delante. Así que bordeamos dicha población y en la bajada hacia Loeches me quedé retrasado por el fuerte ritmo de bajada que imprimían los Asensio, Emilio, Carlos Coria, Alejandro. Yo, solo pude observar que a pesar de mi esfuerzo la poca distancia que me sacaban lentamente iba en aumento, y así en Loeches les veía ya a más de medio minuto. Seguí camino de la CAMPSA y al culminar ese repecho ya no les veía. Quiero destacar el mal estado de la carretera de Loeches a Torrejón. Lleva ya varios años en un estado asqueroso, indigno de una población que paga tantos impuestos como los españoles. Cuando culminé ese último repecho sobre la CAMPSA  comienza un tramo cuesta abajo. Creo recordar que el pasado invierno un compañero, Cesar, reventó las ruedas delantera y trasera de la bici en uno de los baches de ese tramo. Pues bien, cuando la bici alcanzaba velocidades superiores a los 40 km/h cogí una zona de firme agrietado, la bici comenzó a temblar. Agarré fuerte el guía, levanté ligeramente el culo del sillín para hacer con las piernas una amortiguación natural y en pleno salto una pieza de la bici, que en ese justo momento no sabía cual era, impactó violentamente contra el suelo. La reacción mía fue automática. Frené y paré para comprobar qué había perdido y hacer balance de daños. Al retroceder vi que lo que había salido de la bici era la bomba de aire, la cual va siempre bien amarrada pero no pudo resistir la mierda de carretera de Loeches. Finalmente llegué a Torrejón en solitario, sin más pena ni gloria. Con la alegría de haber realizado excursión sin accidentes ni averías graves, termino de redactar esta crónica.
Torrejón de Ardoz, el mismo día 11 de septiembre de 2011 a las veintidós horas y doce minutos, a la espera de recibir fotos de las echadas esta mañana en Chinchón.
Fdo: Oscar Barbado



 

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