lunes, 26 de septiembre de 2011

Salida del domingo 25 de septiembre de 2011 (festividad de Santa Aurelia).


domingo, 25 de septiembre de 2011 (8:30h).
29º JORNADA.
En grupo.

 Distancia
Tiempo
Velocidad
media total
Velocidad
media parcial

horas
 minutos
segundos



20,000  
0
44
4
27,231  
27,231  
Guadalajara 
30,000  
1
1
33
29,245  
34,318   
Horche 
 40,000  
1
36
8
24,965  
17,349  
Yebes 
 50,000  
1
53
53
26,343  
33,803  
El Pozo de Guadalajara (café) 
 60,000  
2
17
58
26,093  
24,913  
  Santorcaz y Anchuelo
 70,000  
2
34
8
27,249  
37,113  
  Gurugú
 80,000  
2
51
34
27,977  
34,417  
Torrejón de Ardoz 
 92,500  
3
11
34
28,972  
37,500  
neutralizado 
 96,630  
3
23
28
28,495  
20,824  
máxima 63,490 km/h

media según máquina 28,490 km/h




Salida del domingo 25 de septiembre de 2011 (festividad de Santa Aurelia).

Itinerario: Torrejón, Alcalá, A-2, Guadalajara, Horche, Yebes, Valdarachas, El Pozo de Guadalajara (café), Santorcaz, Anchuelo, Gurugú, Torrejón de Ardoz.

Salida media hora antes de lo establecido en el libro de ruta, a las ocho y media. Previamente a las siete de la madrugada me procuro un buen desayuno: Medio plato de lentejas, leche caliente y cuatro tostadas con mantequilla y mermelada.
Llegué a velódromo a las ocho de la mañana. Un frío que pelaba. Once grados centígrados marcaba una farmacia de la calle Londres y los manguitos que los tuve en la mano antes de salir se quedaron atrás.
Pasamos por el control de firmas de Martín:  Angel (el Protour), Millán, Seve, Dani Sedano, Antonio Queiruga, Benito, José Luis Conde, Miguel, Angel (el Pinarello Continental), Martín, Francisco Morante y este humilde redactor.
Mas tarde, a las nueve, salieron Jesus (Sobradillo) y Martín (el nombre de bigote blanco).

Con el frio en los brazos salimos camino de Alcalá. Los tres únicos castellanos viejos con los brazos descubiertos fuimos Millán, Seve y yo. Como he dicho antes, once grados a las ocho y media.
En Alcalá de Henares la temperatura había subido un grado.
Rebasada la ciudad complutense nos introducimos en la autovía A-2 donde el asunto del frío pasa a un segundo plano. Lo que preocupa verdaderamente es salir indemne de esta carretera en la que nos hemos metido, pues pasamos por tramos en los que ni siquiera hay arcén. La autovía está en obras y en vez de haber arcén hay unos muros de unos setenta centímetros de alto que están sobre la raya del arcén, lo que obliga a los ciclistas a:
- Circular por la parte derecha del carril derecho en una carretera con mucho tránsito y donde el límite de velocidad es de 120 km/h para vehículos a motor.
- Circular en fila de uno, pues ir en fila de dos es casi un suicido, sin que además se produzcan relevos con fluidez.
Fueron varios kilómetros que se hicieron con viento en contra y con cierta tensión. Como he escrito anteriormente, el frío pasó al olvido y durante ese trayecto rodamos ligeros y sin poder conversar entre los compañeros. Es necesario evitar en lo posible este tipo de carreteras. Digo en la medida de lo posible porque lógicamente no podríamos subir a Los Santos de la Humosa si no fuéramos primeramente por la autovía desde Alcalá de Henares.
Llegados a Guadalajara comenzamos la subida a la capital alcarreña y seguidamente tras abandonar la autovía tomamos la carretera con sentido a Horche. Se trata de una subida más prolongada por una carretera nueva que quizá tenga algo más de inclinación que la antigua. Los únicos “pro-tour” que nos acompañaban, Dani Sedano y Angel, nos dejaron fácilmente atrás en dicha subida. Por su parte Millán, Benito y Angel Pinarello, por equivocación tomaron el desvío de “Valdeluz” hasta la estación del AVE de Guadalajara. Además, anteriormente Antonio Queiruga tomo dirección hacia Chiloeches para acortar la ruta.
Seguimos el resto de componentes hasta Horche en cuya población paramos unos momentos para esperar la llegada de los tres perdidos, Millán, Benito y Angel. Yo había intuido que se habían dirigido a “Ciudad Valdeluz”, lo que yo no sabía es que dicha carretera tiene final allí y que no empalma con la parte de Yebes. En la zona que nos lleva de Horche a Yebes tenemos una carretera en ligera bajada. En este tramo los dos pro-tour mencionados empezaron a darse relevos y la velocidad de crucero a veces superara los 45 km/h. De hecho, yo que iba a rueda de ellos y delante del resto de compañeros, me vi en algún momento fuera de rueda, por el alto ritmo y por mi “paupérrima forma física”.
En Yebes comenzamos la bajada que nos dirige al cruce de El Pozo. Se me iban todos, lo que dice muy poco de mi dotes en el descenso a pesar de mi gran peso, que podría aprovechar para que no se me escapara ni uno, sino más bien, al contrario, que fuera yo el que se marchara del resto de pesos plumilla.
Comenzamos la subida a El Pozo de Guadalajara. Se trata de una subida de unos tres o cuatro kilómetros de subida tendida y sin grave pendiente, salvo en una curva, pero que se sube muy bien si no vienes tocado por el hombre del mazo ni te picas con nadie.
Paramos en El Pozo al café. Cuando terminábamos la vitualla que se dignó a pagar Angel “Pro-tour”, llegan dos ciclistas que no habíamos visto en todo el día: Jesús (Sobradillo) y Martín (bigote blanco). Habían salido a las nueve de la mañana tal y como marca el libro de ruta.
Mientras tanto, se marchaban del bar: Daniel Sedano, Angel, Miguel, Francisco Morante y José Luis Conde.
Por su parte, cuando ya estábamos a punto de subir a la bici, pasaban los tres perdidos: Millán, Angel Pinarello y Benito. Habían parado en Horche a tomar café tal y como dice el libro de ruta. En fín, sin comentarios.
De este modo fuimos este grupo por Santorcaz, Anchuelo y el Gurugú.
Llegamos a Torrejón poco antes de la una del mediodía, con una media de 28 km/h. Bien.
Torrejón de Ardoz, el mismo día 25 de septiembre de 2011 a las once horas y quince minutos.
Fdo: Oscar Barbado



lunes, 19 de septiembre de 2011

Salida del domingo 18 de septiembre de 2011 (festividad de Santa Sofía).


Domingo, 18 de septiembre de 2011 (8:30h).
28º JORNADA. En grupo.  
 Distancia
Tiempo

Velocidad media total
Velocidad media parcial
 Torrejón, Ajalvir, Daganzo

horas
 minutos
segundos


 Fresno de Torote, Serracines
 20,000  
0
44
17
27,098  
27,098  
Ribatejada, Las Castillas, El Casar
 30,000  
1
12
18
24,896  
21,416  

40,000  
1
34
29
25,401  
27,047  
Viñuelas  
50,000  
1
57
44
25,481  
25,806  
Fuentelahiguera (café).  
53,000  
2
3
39
25,718  
30,423  
Usanos
60,000   
2
16
4
26,458  
33,826  
Marchamalo, Cabanillas
70,000  
2
32
18
27,577  
36,961  
 Alovera
80,000  
2
49
52
28,257  
34,156  
  Azuqueca, A2-Alcalá
90,000  
3
6
4
29,022  
37,037  
 Carretera vieja
100,000  
3
22
4
29,693  
37,500  
 Torrejón
109,000  
3
39
30
29,795  
30,975  
neutralizado 
115,860  
3
54
52
29,598  
26,785  
máxima 69,200 km/h

media según máquina 29,270 km/h
tiempo total 277 h 51 min
Km total 7.140
Temperatura: 20º
Presión 1012 mb
Humedad relativa del aire: 28%
Fuerza del Viento: 20 km/h
Aspecto del cielo: Cubierto y a veces nubes y claros.
Las gafas de sol eran demasiados oscuras.


Itinerario: Torrejón, Daganzo, Fresno de Torote, Serracines, Ribatejada, El Casar de Talamanca, Viñuelas, Fuentelahiguera (café).; Usanos, Marchamalo, Cabanillas,  Alovera,   Azuqueca, A2-Alcalá,  Carretera vieja y  Torrejón.
Salida media hora antes de lo establecido en el libro de ruta, a las ocho y media. Previamente a las siete de la madrugada me procuro un buen desayuno: Puré de verduras, leche caliente y cuatro tostadas con mantequilla.
Llegué a velódromo a las ocho y veinte de la mañana. Ya estaban allí algunos compañeros. Pasé por el control de firmas de Martín y a las ocho y treinta y cinco minutos José Luis, Antonio Queiruga y otro más inician la salida y el resto partimos tras de ellos.
Fuimos calentando piernas y llegamos a la rotonda de Ajalvir, donde nos desviamos a la derecha en busca de Daganzo. Durante el trayecto por la carretera de Daganzo de Ribatejada permanecimos en grupo si bien, algunos compañeros de cabeza pusieron un ritmo muy vivo (más de 40 km/h). En ese momento José-Luis González dio un acelerón a su bicicleta, se puso a la par de los de cabeza y aunque no llegué a entender lo que les decía, por la contundencia de su voz, por su gesto y la bajada del ritmo de la cabeza entendí que estaba recriminando que esa forma de llevar al grupo era incompatible con eso, ir en grupo. De este modo, continuamos la marcha a una velocidad más llevadera para todos (entre 28 y 30 km/h). Yo en esos momentos iba en la parte trasera del pelotón.
Poco después del kilómetro veinte de marcha, un compañero pinchó una rueda (creo que fue Martínez Heredia). En ese momento pararon con este compañero los “Pro-tour”, entre los que recuerdo a Nacho Vecino, Emilio, Oscar (no yo sino mi tocayo), Jesus (el de Coslada o San Fernando), un juvenil que nos acompañaba, y algún otro que no recuerdo. De este modo Carlos Coria, Alejandro, David Nuñez, Martín y yo fuimos relevándonos en la cabeza de nuestro grupo. Fue en ese momento cuando me percaté del duro viento en contra que nos iba dando en la cara. Llegamos a Ribatejada y allí comenzamos una subida hasta el cruce de la carretera de Torrelaguna a Guadalajara, donde giramos a la izquierda y continuamos subiendo casi hasta llegar a El Casar de Talamanca.
Desde el Casar de Talamanca Angel Pinarello y yo encabezamos el grupo, a veces relevados por David Núñez. Fue un tramo de mucho desgaste porque el viento daba fuerte de frente y costado. A mi memoria regresaban las palabras de aquél Ministro que iniciaba su comparecencia en el Congreso tras la reconquista de la isla de Perejil con la expresión “Al alba y con viento duro de levante, …”. El viento de levante (es decir, desde el Este hacía el Oeste) se hizo presente y fue protagonista durante toda la etapa. No podíamos pasar de los 24 km/h porque el viento partía el grupo. Así continuamos avanzando con plato grande y con la sensación de ir subiendo un puerto, aunque estábamos sobre el páramo, rodeados por tierras de labor y ni un árbol a nuestro alrededor. A esas velocidades y con el escaso tráfico daba tiempo a ver el paisaje pero no se veía ni una liebre, conejo o perdiz. Triste panorama.
Continuamos sin que los galgos “pro-tour” nos cogieran y fue en una leve subida en Valdenuño Fernandez, donde nos dieron caza. A partir de aquí mi tocayo y Emilio fueron tirando hasta el siguiente tobogán en el pueblo de Viñuelas. Allí algunos compañeros quedaron retrasados. Tras este pueblo tomamos un cruce a la derecha para dirigirnos al siguiente pueblo donde se hace la parada del café. Nuevamente una bajada me hace coger la máxima velocidad del día, 69 km/h para llegar a un repecho que se hace un poco largo y nos hace entrar en el pueblo de Fuentelahiguera donde paramos en el bar de la plaza a tomar el café.
Café con leche y tertulia con mi tocayo y con David Nuñez: conciliación de la vida matrimonial y familiar con la bici y trabajo, incompatibilidad de vida sana con vida en el hogar; culotes baratos,  complementos para bici . . . en fin, un pequeño desahogo en esta vida que nos ha tocado vivir de la desestructuración nacional, crisis y preguerra mundial o europea.
Tras tomar la vitualla y conociendo la terrorífica e innecesaria bajada desde este pueblo a la carretera, muchos compañeros decidimos volver sobre nuestros pasos (mejor dicho, sobre nuestras roderas) y tomamos la carretera desde el mismo cruce por el que nos desviamos para entrar en este solitario y pequeño pueblo de la Castilla, que aunque pertenece a la provincia de Guadalajara parece más bien de Castilla la Vieja por sus singular situación: en alto frente a varias quebradas y con un frontón sin trinquete típico de las poblaciones que fueron surgiendo con la repoblación de Castilla la Vieja durante la Reconquista.
A partir de aquí parece que el viento se puso a nuestro favor durante muchos kilómetros, sobre todo desde Marmamalo y hasta Meco. Por lo tanto subió la velocidad media puesto que en muy pocas ocasiones bajábamos de los 32 km/h. El tránsito por pueblos como Cabanillas del Campo, Azuqueca nos llevaban por calles anchas pero repletas de glorietas y de pasos de peatones alzados, lo que obligaba a guardar cierta precaución y fue Carlos Coria el que hubo de tomar una rotonda sobre su acerado sin que tuviera ningún tipo de percance, aunque los que iba por detrás de él quedaron sorprendidos de la destreza del atleta cacereño. Posteriormente Carlos comenzó a remolcar a Andrés, que se quedaba descolgado, en una situación que empieza a caracterizarlo por su fuerza de arrastre. Más que un Pinarello parece un Panzer. Nuevamente se hizo acreedor al premio al ciclista solidario.
Llegados desde Meco a la zona del Campus de la Universidad de Alcalá me vi descolgado del grupo por unos doscientos metros que se me hacían insalvables. Fue a la salida de Campus cuando los compañeros me vieron y aflojaron la marcha para incorporarme a la grupeta.
Poco después tomamos un tramo de Autovía que nos saco en pocos minutos al polígono industrial. Fue en ese tramo de autovía donde casi me caigo de la bici por no ver (ya que iba en la parte trasera del grupo) dos conos-balizas de esos que señalizan lugares cortados al tráfico. Lo vi casi sin tiempo de reacción y finalmente lo golpeé con mi pierna derecha, sin que a Dios gracias, me fuera al suelo.
Ya en el polígono industrial de Alcalá iba bastante cansado y solo podía fijar la vista en la rueda del compañero que me precedía, creo que en ese momento era Angel Pinarello. Solo pude levantar la vista cuando la mayoría del grupo empezó a lanzar piropos. Levanté la vista para contemplar la presencia de una mujer joven, en pie con piernas esbeltas, ropa ceñida y sonrisa picarona. Se trataba de una meretriz que ejercía su trabajo al mediodía, exhibiendo el producto carnal.
Enlazamos con la carretera vieja a la altura del Corte Inglés de Alcalá de Henares y llegamos a Torrejón de Ardoz, con algo más de tres horas y media y ciento diez kilómetros de recorrido.


Torrejón de Ardoz, el mismo día 18 de septiembre de 2011 a las veinte horas y quince minutos. Lo dejo aquí que está jugando España desde las ocho en punto la final de la Eurocopa de baloncesto.
Fdo: Oscar Barbado