Pasamos por Fuente el Olmo de Fuentidueña y San Miguel de Bernuy. Giramos a la derecha para tomar la carretera que se dirige a Burgomillo. Pasamos por Cobos de Fuentidueña y Carrascal del Río y Alberto me indicó que el ritmo que yo estaba marcando era un poco alto para la finalidad de nuestra salida (divertirnos). Tras sobrepasar esta población paso de largo el primer cruce a la izquierda que se dirige al Valle de el Tabladillo a aproximadamente un kilómetro después sale un segundo cruce a izquierda que tomamos para iniciar la subida. Le indiqué a Alberto que debía subir tranquilo sin forzar el desarrollo y comenzamos la subida. Yo me encontraba bien y llevé un ritmo un poco más alto que el de mi compañero de salida por lo que me distancié en poco tiempo. Unas decenas antes de llegar a Hinojosa del Cerro paré para esperar a Alberto, que llegó un par de minutos después. Para conmigo y se quejaba del dolor lumbar. Tras beber y miccionar reanudamos la marcha. Parece que a Alberto le sentó bien, sin embargo a mí me dejó tocado puesto que continuando la subida Alberto se me iba y no aguantar su ritmo me resultó difícil. A pesar de llevar un desarrollo mas corto no me sentía bien.
Así llegados al cruce que un las carreteras de Castrillo de Sepúlveda con Urueñas hube de parar en un repecho puesto que no me notaba bien. Alberto paró junto a mí y en la cuneta pinchó la rueda delantera por lo que nos tomamos el respiro cambiando la cámara de la rueda.
Reanudamos la marcha y el calor hacia mella en mí. Pasamos por Urueñas y tras dicha población Alberto se marchó en el siguiente repecho, antes de girar a la izquierda para bajar al Valle del Tabladillo. Allí le comenté a Alberto el mal estado del firme y la dura pendiente inicial que hacía la marcha un poco más peligrosa de lo habitual. En la bajada tiramos de freno, pero la bici alcanzó velocidades superiores a los 58 km/h .
Torrejón de Ardoz, a trece de agosto de dos mil once (San Ponciano).
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