SALIDA DEL
DOMINGO 14 DE ABRIL DE 2013.
Domingo, 14 de abril de
2013 (9.30 h)
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Distancia
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Tiempo
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Veloc media total
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Veloc media parcial
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2ª
JORNADA
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horas
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minutos
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segundos
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| En GRUPO |
58,450
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2
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16
|
17
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25,733
|
25,733
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máxima
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tiempo total
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393 h 39 min
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Km total
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10.124
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Recorrido
propuesto: Torrejón-Mejorada-Velilla-Cruce
Poveda-Cruce Arganda-Los Villares-Arganda-Cuesta Butano-Valdilecha-Cruce
Orusco-cruce Campo Real-Cruce Villar del Olmo-Nuevo Baztán-Valverde-Torres-Torrejón
de Ardoz.
Recorrido realizado: Torrejón-Mejorada-Velilla-Cruce
Poveda-Cruce Arganda-Los Villares-Arganda-Cuesta Butano-Giro a Campo Real-Loeches-Torrejón de Ardoz.
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Totalmente recuperado de mi reciente operación del pasado 25 de marzo,
con algún punto de sutura pendiente de quitar, y con muchas, muchas ganas de
montar en bici y volver a la compañía de los compañeros del club me vestí de
luces, cual torero, y me junté con la cuadrilla en la puerta del velódromo.
Parece que es el primer fin de semana del año en que amanece el cielo despejado
y no hay nubes. Así que, como yo, aparecen muchos que no habían dado la cara a
lo largo del invierno y primer trimestre de este año 2013.
Allí estaba el primero en el velódromo nuestro compañero Pichín, ansioso por dar pedales. Poco a
poco fueron apareciendo los compañeros. Algún minuto después de las nueve y
media tomamos la salida.
La primera dificultad montañosa la tomamos en el cruce de
Por mi parte dejé de escuchar a mi espalda el motor del coche escoba,
por lo que deduje que alguno iba peor que yo. Llegados a la cima de esta
primera cuesta me dejé llevar cuesta abajo hasta el cruce o desvío a la
izquierda que nos acerca a Velilla de San Antonio. En ese tramo se produjo un
reagrupamiento parcial y marchando llegamos a las puertas de la localidad de Arganda
del Rey. Toda la travesía por este famoso pueblo vinícola se produce cuesta
arriba, por lo que rápidamente vuelvo a quedar descolgado y vigilando el
pulsómetro (o pulsímetro). El gran abuelo, y jefe de centuria, Severino me hizo una pasada en esa
subida, donde ya quedaba yo pendiente de la puntilla final. Sin embargo, las
liebres Cesar, Dani y otro compañero
cuyo nombre desconozco, en un alarde de fortaleza física dieron la vuelta para
conocer el estado de la escabechina realizada y cuando en esas cuestas me
dieron nuevamente alcance traté de ponerme a su rueda. Así lo hice al menos un
minuto, lo que me llevó a volver a alcanzar a Seve pero rápidamente el
pulsómetro superó las 170 pulsaciones por minuto y decidí aflojar la
marcha para no provocar daños estructurales en mi sistema cardiovascular.
Sin solución de continuidad comenzaba de este modo la Cuesta del Butano. Lo subía
a una velocidad de entre 15 y 13
km/h . Fui rebasado nuevamente por Seve y Fernando, a los que mantuve a una distancia de unos ciento
cincuenta metros. La cuesta se me estaba haciendo larga y a pesar de que
llevaba alrededor de 30 km
recorridos, pensar que aun me quedaban 50 km y que estos iban a ser seguramente en
solitario me llevaron a tomar la decisión de desviarme de la ruta propuesta y
hacer un giro a la izquierda en busca de la población quesera de Campo Real.
Sabiendo que ya no tenía que alcanzar a nadie me relajé y fui a un
ritmo en el que el pulsómetro marcaba las 140 pulsaciones por minuto. Me
crucé con el grupo del Club Ciclista Ardoz, y saludé a mi vecino y amigo Juan Antonio
Corpa, que pilotaba el tándem. Me introduje por el casco urbano de la población
y pasé frente al restaurante “El Descanso” pero decidí que ya que iba a hacer
pocos kilómetros no era merecedor todavía de descanso alguno, por lo que
continué la travesía y llegué a una cuesta que me obligó a pasar frente al
cementerio camporrealense a cuya puerta había varias personas enlutadas.
Terminado el repecho, comenzó una larga bajada que me llevó del tirón a Loeches.
A pesar de que iba cuesta abajo, me cansaba de dar pedales, por la alta
cadencia desarrollada. Sé que este tramo los “campeones” desarrollan
velocidades superiores a los 60
km/h , yo sin embargo no pasaba de 50 km/h .
Supero la población de Loeches, la carretera se dirige ahora hacia
Torrejón y hay que pasar por el tramo de la Campsa. Celebro que después de
tantos años hayan desaparecido los baches y vaguadas que había en la calzada
bajo el puente por el que pasa la vía del AVE. No obstante la carretera sigue
en obras y hay tramos en el que el firme está rasgado y rugoso, lo que provoca
gran incomodidad sobre la bici.
La cuesta del puente del río Henares a la entrada de Torrejón me
parecía un puerto. Finalmente, con algo más de dos horas y cuarto recorrí los 58 kilómetro de
recorrido.
Aquí termina la crónica del día y paso a continuación al comentario de
actualidad:
La foto no tiene
desperdicio. La gran actriz italiana, Sofia Loren (morena y de oscuro) fija la
vista en la esbelta, hermosa y formidable pechuga de Jayne Mansfield. El
catecismo nos enseña que el noveno mandamiento nos indica que no codiciarás los
bienes ajenos. Además, el sexto pecado capital es la envidia. Por otra parte
hemos oído hasta la saciedad aquello referente a que una imagen vale más que
mil palabras. Pues bien, la instantánea nos muestra en primer lugar y primer
plano a dos señoras de muy buen ver, guapas y bien vestidas. Sin embargo,
hurgando un pelín podemos observar como la diva italiana fija la vista, como ya
he descrito, en la formidable delantera de la rubia. ¿Era envidia? Poco ha
tenido que envidar en su vida la hermosa Sofia, sin embargo creo que sí, que
era envidia, la mala envidia, lo que pasaba en aquel momento por la cabeza de
la actriz que nos anunció en nuestra infancia las “pastas Gallo” (¿o fue
Rafaela Carrá?).
En cualquier caso, os
preguntareis que qué pinta esta foto en un blog de un ciclista globero. Pues os
lo respondo: Porque yo me identifico con el pensamiento de Sofia Loren en dicha
foto. Pero no porque tenga delante esa hermosa pechugita a tan corta distancia,
no ¿Qué más quisiera?. Es porque cuando voy con mi querida bicicleta por las
carreteras de España mis ojos también miran de reojo a aquellas otras
bicicletas que me acompañan o que me adelantan: Pinarello, Giant, Orbeas y
tantas otras con su cuadro de aleaciones de carbono que las hacen tan
atractivas y ligeras. Mientras yo sigo subido en mi Panzer.
En fin amigos, también
os diré que prefiero tener delante a cualquiera de esas dos señoras, con sus
dos buenas razones, que a cualquier buena bici con su buen par de ruedas.
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