miércoles, 5 de diciembre de 2012

Hola:
Hoy publico un conjunto de fotografías facilitadas por Pichín.
Son fotos de su archivo personal.

Que os guste.

Madrid, 5 de diciembre de 2012.
Oscar.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Protesto contra la publicidad no consentida en esta página.

Hola:
Lamento profundamente que en este mi blog figure sin mi permiso publicidad en la parte superior con fotos de jóvenes en actitud impúdica y prostituyente. Os aseguro que ni he consentido dicha publicidad ni me lucro con ello. No sé como puede figurar "eso" en este cuaderno deportivo.

El titular.
Oscar Barbado.

domingo, 28 de octubre de 2012

Salida del domingo 28 de octubre de 2012


Domingo, 28 de octubre de 2012 (9:00h) 
 Distancia
Tiempo
Veloc media total
Veloc media parcial
22º JORNADA


horas
 minutos
segundos


En grupo

        73,870  
2
40
14
      27,661  
      27,661  
máxima 65,280 km/h




media según máquina 27,660 km/h


Domingo, 28 de octubre de 2012 (Festividad de los Apóstoles San Simón y San Judas Tadeo).

Veintiún días sin subir a la bici. Veintiún días sin darme una carrera a pie. Solo yo soy el culpable de tal abandono. Pero con la ilusión de un niño, me levanté en una mañana fría y de cielo despejado. Estrenamos la aurora y la nueva hora (retrasando el reloj una hora la pasada noche). Desayuno austero: tostadas y leche con café.
Recojo la bici, hincho las ruedas dejando la presión por debajo de los ocho bares. Me dirijo al velódromo a tomar la salida. Allí hay ciclistas en activo y otros en baja médica o de capa caída: Nacho, que conduce por enésima vez esta temporada; Pichín, que tiene ganas de ver a los amigos y lleva con la bici colgada ya muchos meses; Alejandro, que está convaleciente por aquella caída de agosto; Tomi, que le viene mal el frío y Jesús (de Coslada) que también va de paisano.
Tomamos la salida camino de la carretera vieja de Alcalá de Henares, por la vía de servicio paralela a la A-1. Nos desviamos por la carretera de Mejorada y nuevo desvío a Torres. En Torres los jóvenes ponen un ritmo muy vivo que obliga a que Carlos Bravo les dé un toque de atención. Llegamos agrupados a Valverde de Alcalá. En la subida a Corpa el grupo se deshace como un terrón de azúcar y cada uno sube conforme sus fuerzas le permiten. Arriba desde el coche de apoyo nos tiran fotos con gesto sufriente. De camino a Pezuela se produce un reagrupamiento. Giramos hacia Olmeda de las Fuentes.

Abro un paréntesis para recordar que Olmeda de las Fuentes, cuando anteriormente se llamaba Olmeda de la Cebolla, vio nacer en su seno en el año 1564 a Pedro Páez, hijo de una familia acomodada que tuvo tres o cuatro hermanos. Fue enviado a estudiar con los jesuitas a Belmonte y más tarde a la Universidad de Alcalá de Henares –la mejor universidad de España y auténtica universidad complutense (no esa universidad de Madrid, que tiene nombre robado). A los dieciséis años marchó a Portugal donde pasó dos cursos en la Universidad de Coimbra en el crucial año 1580, vísperas de que Felipe II uniera la Corona de Portugal a las heredadas de su padre Carlos I de España y V de Alemania. Lo que me interesa destacar hoy de este pueblo madrileño y del propio Pedro Paez es que este fraile jesuita emigró a tierra de herejes en busca de la evangelización donde pasó penurias, fue apresado por musulmanes y encerrado en prisiones varios años. Llegó al reino de Abisinia (actual Etiopía) y en abril de 1618 en esa búsqueda de llevar la Buena Noticia y acompañando a tropas portuguesas al servicio del rey Susinios de Abisinia, ascendieron hasta los tres mil metros de altitud –montanas de Sahala, al sur del lago Tana- para divisar el curso de un riachuelo que brotaba de algún lugar de la montaña, al que iban de desembocar otros arroyos, alimentando un cauce cada vez más caudaloso. Había descubierto las fuentes del rio Nilo, río que se disputa con el Amazonas, ser el más largo del mundo.
Casi un siglo y medio después, un escocés, James Cruce, reclamó para sí la gloria de ser el primer europeo en alcanzar las fuentes del Nilo, en el año 1770.

La carretera de Olmeda de las Fuentes se lanza hacia abajo con una sucesión de curvas que obliga a tirar de freno más de lo deseado. Acto seguido y con pocos metros de llano pasamos a ascender unas rampas camino de Nuevo Baztán. Fue en esta subida donde sufrí un pinchazo de la rueda trasera. Paré, di aire a la rueda, y continué hasta arriba donde el amigo Pichín dio rienda suelta a su actividad profesional y me ayudó en pocos minutos a tener una cámara óptima en el interior del neumático tras extraer un trozo de cristal. Digo lo de “cámara óptima” y no “cámara nueva” porque esa cámara ya estaba usada y tenía un parche lo que fue objeto de crítica por varios de los presentes, que argumentaban que era más barato comprar cámaras nuevas que poner parches. Yo creo que no es verdad y se puede comprobar con calculadora en mano pero no tengo ganas de porfías y disputas.
 
En Nuevo Baztán paramos a tomar un café y posteriormente a comer unas migas (plato típico de esta zona de la Alcarria –Alcarria de Alcalá-) regadas con vino tinto.
Poco después arrancamos camino de Valverde de Alcalá, Torres de la Alameda y Torrejón de Ardoz.

Hasta el próximo día.
Torrejón de Ardoz, a veintiocho de octubre de dos mil doce a las quince horas y dieciocho minutos.

Oscar Barbado.






domingo, 7 de octubre de 2012

Domingo, 7 de octubre de 2012


Domingo, 7 de octubre de 2012 (Festividad de Nuestra Señora la Virgen del Rosario, patrona de entre otros lugares de Torrejón de Ardoz).

Los economistas hablan en sus teorías económicas de un concepto llamado “coste de oportunidad” que consiste básicamente en discernir que con una cantidad para gastar puedes escoger entre gastar más o menos en unas cosas, y menos o más en otras cosas. Este concepto vale para la vida diaria. Si quieres coger la bici el domingo, el coste de oportunidad implica que ese mismo día del domingo no podrás estar en casa mirando papales, viendo la tele o dando un paseo con la mujer y los niños. Pues bien, este domingo el coste de oportunidad en mi caso era escoger entre salir en bici, o bien ir con la familia a ver la fiesta de Torrejón y en particular el Homenaje a la Bandera de España.
Creo que acerté en salir con la bici, pues el paseo o la excursión o la quedada fue muy satisfactoria.

Como estamos ya en octubre, la salida se realiza a las nueve de la mañana. No obstante me levante a las siete de la mañana para desayunar tranquilamente. Puré de patata, calabaza y calabacín y cuatro tostadas con mantequilla y mermelada. A las ocho en punto salí de casa para recoger la bici, dar presión a los neumáticos, calzarme las zapatillas de ciclista y arrancar. A las ocho y cuarto llegué al velódromo y me puse en “stand by” en un banco hasta que llegaron los primeros compañeros: Rafa con la bici y Miguel con el coche.

Estos primeros días de octubre están siendo cálidos, por el retraso del veranillo de San Miguel y voy con pantalón corto y con chaleco y manguitos. Sobre las ocho menos cuarto empiezan a llegar ciclistas de todas las categorías: gallos, supergallos, campeonísimos. Los de categoría “insular” y “continental” somos los menos. Así que habrá que estar muy atento a los cortes. En la salida también se presenta Alejandro, convaleciente de una dura caída sufrida en el pasado mes de agosto y que le ha costado diversas fracturas y daños en el pericardio. Estaba con buen aspecto y deseoso de empezar de nuevo a rodar. Se coloco de copiloto con Miguel en el coche escoba.
José-Luis González arrancó a las nueve y cinco pero nadie le siguió de inmediato así que yo, que tenía la vejiga llena arranqué hacía Loeches para realizar una micción en los márgenes de la vía interurbana.
Al igual que pasó el anterior domingo, no se desató guerra hasta el café. Así fuimos juntos y en los repechos los “pro-Tour” se apiadaban del resto de compañeros y nos esperaban dando vueltas a las rotondas como así pasó en Campo Real. Actitud que hay que aplaudir ya que desde estas páginas a veces he recriminado la conducta contraria.
Desde Campo Real tomamos una carretera que nos dirige a Perales de Tajuña. Se trata de un tramo llano que poco antes de esta última población nos hace bajar hasta la vega del río Tajuña. Dado que vamos cuesta abajo y la velocidad es alta hube de ser muy precavido y vigilante puesto que el estado de la carretera está muy mal, de hecho ya han paso por la presidencia de la Comunidad de Madrid, Leguina, Gallardon, Aguirre y ahora Ignacio González, y la carretera sigue hecha una porquería. De tal modo es así que nuestro compañero Emilio pinchó por causa de introducir la rueda en una de esos baches-vaguadas.
Resuelto el problema nos reagrupamos llegando a la población de Tielmes (kilómetro 37 aproximadamente), donde paramos en el bar-restaurante Castilla a tomar el café.
Tras este receso, retomamos el sentido de la marcha para desviarnos a la izquierda, para llegar a Valdilecha, carretera ésta que conocemos más por descenderla que por este sentido ascendente. Así fuimos agrupados hasta la población pero a su salida, donde la pendiente se endurece, el grupo se fraccionó. Por delante, la mayoría de ciclistas, gallos, supergallos, pro-tour. Por detrás, desunidos (como las autonomías españolas), los pollos, insulares o continentales.
Subí solo, fui adelantado por Benito, al que ya no pude alcanzar. Fue alcanzado en el llano por Jesús “Sobradillo”, Victor y Martín y formamos un cuarteto que hicimos el resto del recorrido sin alcanzar a nadie y sin ser atrapados por detrás. Llegamos a Pozuelo del Rey y realizamos una bajada rápida a Torres de la Alameda donde alcancé la velocidad máxima de la jornada 76 km/h. Torres de la Alameda estaba también de fiesta, al parecer también tiene como patrona a la Virgen del Rosario, y nos colamos por una calle cortada donde estaban los kioskos de los confiteros y los tio-vivos. Tomamos la carretera nueva que nos lleva a las vias del AVE y allí noto que las piernas flojean: Jesús tira con el plato grande y yo tengo que subir más flojo con plato pequeño. Victor y Martín aguantan el ritmo de Jesús y yo tengo que apretar los dientes para que los abuelotes no tengan que mirar para atrás a ver que pasa conmigo.
Ya en la cuesta abajo nos lo tomamos más calmados y así entramos en Torrejón para llegar a casa alrededor de las doce menos diez.

Se cumplen en este día, 7 de octubre, 441 años desde la Batalla de Lepando, acaecida en 1571. El mar Mediterráneo en el siglo XVI estaba dividido en dos mundos que dominan de manera contrapuesta un espacio común: De una parte el mundo cristianismo (en el que el Imperio Español es el paradigma) y de otra, el islamismo (Imperio otomano) llevaron a ese ámbito su particular guerra santa: la cruzada y el yihad. La monarquía de Felipe II supo hacer de la causa religiosa y de la oposición a los otomanos el lazo de unión más popular entre los pueblos de España y los del sur de Italia. Además, la tradición de la lucha contra el infiel daba razón suficiente para la entrada en el conflicto a los poderosos Estados Pontificios.
Al margen de todo ello, la defensa del Mediterráneo era en esos años vital para España, ya que las incursiones de la marina turca y de los corsarios del norte de África ponían en peligro la comunicación militar con las posesiones italianas y la llegada a los puertos levantinos del trigo de Sicilia. No era un empresa fácil, pero el contexto español tiene los siguiente antecedentes: Tras el fin de la reconquista en 1492, los moros en territorio español no se adaptan a las normas jurídicas y a las costumbres y viven como una auténtica quinta columna. Por otra parte, España está en plena expansión tratando de evangelizar y conquista América y sus mejores hombres están en la Nueva España. Además estamos descubriendo nuevos mundos tras América: el Oceano Pacífico, conocido como el Lago Español, nos obliga a inspeccionar el más inmenso mar de la Tierra y para ello hacen falta muchos hombres y mucho dinero. Gracias a ello se toma posesión para España de gran número de islas tales como los atolones del pacífico (ahora en manos de Inglaterra, Francia y USA), Papua-Nueva Guinea, Filipinas, pugnamos con Portugal por las islas Molucas, … En fin, con se suele decir tenemos más guerras que el Emperador Carlos. Y Carlos era el padre de Felipe II, el hombre que triunfa con la batalla de Lepanto.
Además, en España los moriscos del antiguo reino de Granada se rebelan (guerra de las Alpularras) en 1570. El 25 de mayo de 1571, España firmó con el papa Pío V y Venecia las capitulaciones de la Liga Santa, que iba dirigida a la guerra total. El acuerdo comprometía a Felipe II a contribuir con la mitad de los hombres y el dinero, a Roma con 1/6 y a Venecia con 2/6. La armada cristiana, al mando de don Juan de Austria, salió de Mesina el 16 de septiembre de 1571, compuesta por cerca de 280 naves y 30.000 hombres, tras llevar dos días de ayuno en penitencia. Los primeros días de octubre avistó a la flota otomana, algo superior en número de buques, en el golfo de Lepanto; Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz, y Alejandro Farnesio convencieron a don Juan para iniciar un ataque inmediato. El comandante turco, Alí Bajá, planteó una estrategia envolvente para empujar a los navíos aliados hacía el interior del golfo, pero la fortaleza de los buques españoles, que combatieron en el centro de la formación, y la eficacia de un mejor armamento, junto con la adecuada estrategia de los capitanes, dieron la victoria a la Liga Santa. La batalla duró cinco horas y en ella murieron, aproximadamente, 35.000 hombres (¡¡¡ Piénselo: 35.000 muertos en 5 horas, es decir, casi 2 personas por segundo). Hay que recordar que los venecianos, 1/3 de las fuerzas, quisieron abandonar por enfermedad antes de la batalla, pero las risas de sus compañeros españoles, por parecer cobardes, les obligó a replantear la situación. Gran número de dichos españoles estaba compuesto por catalanes, por mucho que les pese a los de Convergencia y Unión y a los de Izquierda Republicana de Cataluña.
Por otra parte, es conocida la leyenda del Cristo de Lepanto: el buque español en el que iba Don Juan de Austria portaba un gran crucifijo y se dice que cuando se dirigía hacía él una bala de cañón musulmán, el Cristo esquivó la bala con un giro de cintura. Dicho cristo, curvado hacia la derecha, pasó a llamarse Cristo de Lepanto está en la Catedral de Barcelona donde recibe la oración de los fieles y donde se ha conservado, sin verse afectado por las convulsiones revolucionarias de nuestro país (cuando digo nuestro país me refiero a España, Cataluña incluida, evidentemente), que en demasiadas ocasiones han tomado un sesgo iconoclasta, para que los nacionalistas catalanes que gustan de celebrar misa en la catedral lo recuerden.
Ya me gustaría extenderme en este recuerdo de la Batalla de Lepanto, pero no siendo el objeto principal de mi cuaderno, me atrevo a recordaros los siguientes títulos al respecto: J. Costas Rodriguez, La batalla de Lepanto. Madrid, 1987.  J. Dumont, Lepanto, la historia oculta.. Madrid, 1999.  Cesar Vidal, Victoria o muerte en Lepanto. Madrid, 2002. 

Hasta el próximo día.
Torrejón de Ardoz, a siete de octubre de dos mil doce a las dieciséis horas y treinta y siete minutos.


Oscar Barbado.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Domingo, 30 de septiembre de 2012





Domingo, 30 de septiembre de 2012 (8:30h).
20º JORNADA. En grupo

 Distancia
Tiempo
Veloc media total
Veloc media parcial



horas
 minutos
segundos




20,000  
0
47
16
      25,388  
      25,388  


30,000  
1
13
10
      24,601   
      23,166  


40,000  
1
32
44
      25,881  
      30,664  
Café en Valdepielagos 
46,000  
1
44
10
      26,496  
      31,487  


50,000  
1
50
30
      27,149  
      37,895  


60,000  
2
6
39
      28,425  
      37,152  


70,000  
2
24
55
      28,982  
      32,847  


80,000  
2
43
16
      29,400  
      32,698  


85,380  
2
52
55
      29,626  
      33,451  
Máxima 62,910 km/h




media según máquina
29,520 km/h


Domingo, 30 de septiembre de 2012 (Festividad de San Jerónimo).

Me levanto a las 6:45 horas para desayunar un cuenco de lentejas y cuatro tostadas. Me dirijo por mi bici, le meto presión a los neumáticos y me desplazo al velódromo. Por el camino se pica conmigo (o yo con él) el motocarro de la cafetería-churrería Alhambra y le cojo rebufo hasta la calle Londres. Así voy calentando porque el día ha amanecido muy frío  No creo que estemos por encima de los quince grados centígrados y voy en pantalón corto pero con camiseta interior de manga larga, maillot y chaleco (y eso que es la época del veranillo de San Miguel, 29 de septiembre).
Poco a poco van llegando compañeros a la salida y nos juntamos un número muy respetable. La mayoría ya luce pantalón largo y solo tres o cuatro valientes lucimos muslo.
La ruta propuesta es la siguiente: Torrejón, Daganzo, Fresno de Torote, Ribatejada, El Casar, Mesones, Valdepielagos (parada café), Talamanca de Jarama, Valdetorres de Jarama, Fuente el Saz, Cobeña, Ajalvir y Torrejón.

El conductor del coche este día fue Adriano.
El grupo salió unido, en la primera hora recorrimos veinticinco kilómetros, y así permaneció (unido) hasta el cruce de Ribatajeda con la carretera de El Casar, en subida, donde se rompió. Trate de enlazar con la cabeza junto con Miguel y Millán y lo conseguimos al llegar a El Casar. De camino a Mesones el ritmo no fue alto y alguno más consiguió enlazar por detrás. Comenzamos la bajada a Mesones e inmediatamente después la subida corta pero intensa para nos dirige a Valdepielagos donde paramos a tomar el café.

Tras reanudar la marcha en el cruce de la carretera de Torrelaguna a Guadalajara hay una ambulancia, un coche de la Guardia civil y un helicóptero-ambulancia que trata de llevarse a un herido grave de un accidente habido en dicho lugar. La verdad es que impresiona la situación, sobre todo cuando acude el helicóptero porque indica la extrema gravedad del herido.
Continuamos hacía Talamanca para girar a la izquierda, con viento a favor. En la zona de Valdetorres la carretera está en obras (ya he indicado en otras crónicas que este tramo está muy descarnado, y parece que están reparando la vía) y cambia el estado del firme pasando a lo que parece una carretera arada por un tractor (esperemos que pronto se arregle, porque será para bien).
En Fuente el Saz el grupo acelera el paso hasta Algete a pesar de que la carretera asciende ligeramente.
En la cuesta de Algete a Cobeña no aguanto el ritmo del grupo y me descuelgo. Pocos metros después Millán y posteriormente Benito se descuelgan igualmente. La bajada a Cobeña por la travesía adoquinada no la calificaré porque son muchas las veces que lo he denunciado desde esta bitácora y hoy no tengo ganas de acordarme de los familiares de la corporación municipal cobeñense ni del ingeniero de caminos ni de la administración autonómica que pagase esa putada para fastidiar a todo cicloturista que ose pasar por dicho pueblo.
Terminado ya el mencionado tramo que recorta la vida útil de nuestras bicicletas, comienza la subida que nos lleva a Ajalvir. Allí tengo a la vista a Millán, Benito y otro y junto a mí viene Miguel. Meto el tercer plato para dar más cadencia de pedaleo y noto que consigo acercarme a Millán pero no lo alcanzo y en la bajada a Ajalvir se mantiene la distancia. Ya en el último repecho fuerte del día (a la altura del polígono industrial de Ajalvir) vuelvo a intentar acercarme a Millán, pero tampoco lo consigo y en la bajada al INTA noto que se me aleja.
Ya en las rotondas del Parque Corredor le dí alcance porque Millán y Benito decidieron que ya había corrido bastante y que tocaba el momento de beber unas cañas, a lo que invitaban, pero hube de rehusar dicha invitación para cumplir con mis labores de padre, marido y mayordomo.
Llegué a las doce del medio día.
Así llegué a Torrejón y así lo cuento. Hasta el próximo día.
Torrejón de Ardoz, a treinta de septiembre de dos mil doce a las catorce horas y veintisiete minutos.

Oscar Barbado.


domingo, 23 de septiembre de 2012

Domingo, 23 de septiembre de 2012 (Festividad de San Lino).




Domingo, 23 de septiembre de 2012 (8:03h) 
 Distancia
Tiempo
Veloc media total
Veloc media parcial
19º JORNADA.  En grupo

horas
minutos
segundos



10,000
0
24
51
      24,145  
      24,145  
25,000
1
9
34
      21,562  
      20,127  
30,000
1
20
45
      22,291  
      26,826  
40,000
1
38
24
      24,390  
      33,994  
50,000
1
56
15
      25,806  
      33,613  
53,000
2
3
27
      25,759  
      25,000  
60,000
2
24
42
      24,879  
      19,765  
70,000
2
44
18
      25,563  
      30,612  
80,000
3
5
19
      25,902  
      28,549  
90,000
3
26
43
      26,123  
      28,037  
neutralizado

95,000
3
38
36
      26,075  
      25,245  
máxima 65,280 km/h

media según máquina 26,090 km/h
  
Domingo, 23 de septiembre de 2012 (Festividad de San Lino).


Salida a las 8:30 horas en la puerta del velódromo. Carlos Bracle nos obsequia con unas fotos de los presentes para la posteridad.

Algunos compañeros están corriendo una marcha de la Federación Madrileña y están por tanto ausentes en esta salida.
La ruta propuesta es la siguiente: Torrejón, Alcalá, Zulema, Los Hueros, Torres de la Alameda, Pozuelo del Rey, Nuevo Baztán, Villar del Olmo, Ambite, Pezuela, Corpa, Villalbilla, Valverde, Torres de la Alameda, Loeches y Torrejón. (café en Ambite).
Finalmente la ruta realizada fue la siguiente: Torrejón, Alcalá, Zulema, Los Hueros, Torres de la Alameda, Pozuelo del Rey, Nuevo Baztán, Villar del Olmo, Ambite, Pezuela, Corpa, ((Villalbilla)), Valverde, Torres de la Alameda, Loeches y Torrejón. Nos saltamos la bajada a Villalbilla y su posterior cuesta que nos lleva a Valverde. El café se tomó en El Ventorrillo.

El conductor del coche este día fue Oscar Casado.
El grupo salió unido pero sin embargo no por el ritmo impuesto sino por la deserción de algunos, que no quisieron subir a Zulema, el grupo se partió pronto.  Así quedamos un grupo pequeño entre los que recuerdo ahora a Carlos Bracle, Angel Moreno, Miguel, Francisco Morante, Seve, Benito, Millán, Nacho SG, Jesús Sobradillo, uno de la Unión Ciclista Coslada, y este cronista. Si he olvidado algún nombre pido disculpas.

Iniciamos la subida a Zulema. Es una carretera que se toma inmediatamente después de cruzar el río Henares en la carretera del Gurugú a la derecha. En el km 9,600 de carrera comenzamos a 589 metros de altitud. En el km 11,438 estábamos a 689 metros de altitud. Por lo tanto, si la fórmula matemática está bien planteada, la pendiente media es del 5,44% (100 m de subida entre 1.838 m de distancia recorrida). Si es correcta la fórmula (soy de letras y no puedo confirmarlo), entonces debo pensar que el porcentaje, inferior al seis por ciento, parece poco comparada con las rampas de este tramo. Era esta la primera vez que yo ascendía por dicho tramo y lo cierto es que creo que la bici se clava mucho y que la pendiente es superior.
Bien, tras llegar arriba cada uno como sus fuerzas se lo permitieron, circulamos en una rotonda dando vueltas con el fin de esperar a los más rezagados. Una vez unificados continuamos hacía el Gurugú pero antes nos desviamos a la derecha para bajar por la población o urbanización Los Hueros. Desconozco si es un pueblo o no, pero lo cierto es que las señales de tráfico indican que es la población de “Los Hueros”.
Desde aquí continuamos en dirección Sur hasta Torres de la Alameda. El viento sopla muy fuerte y el cielo está parcialmente cubierto. Tenemos buena temperatura pues prevalece la manga corta en el grupo. Llegados a Torres de la Alameda tomamos una carretera recta que nos muestra unas rampas duras. Esta carretera nos conduce a Pozuelo del Rey. En el km 17,800 de carrera comenzamos a 629 metros de altitud y en el km 21 estamos a 788 metros de altitud. Por lo tanto la pendiente media es del cinco por ciento. Digo lo mismo que en la anterior subida, parece poco porcentaje para el esfuerzo realizado en la subida.
Tras culminar la subida queda una distancia hasta Pozuelo en la que voy junto a Millán y Benito esperando a algún compañero rezagado por detrás comentando las noticias de la última semana (dimisión de Esperanza Aguirre, muerte de Carrillo, amenaza secesionista del gobierno de la Generalidad de Cataluña). Llegados a Pozuelo nos reagrupamos y nos dirigimos a Nuevo Baztán. Algunos compañeros creen el que ritmo es lento y producen un acelerón que nos corta en varios segmentos. Quedo por detrás y en la bajada hacía el cruce de Ámbite nos reagrupamos todos.
En el cruce giramos a la izquierda en sentido noreste, siguiendo el curso ascendente del río Tajuña. Cruzamos el río por un puente estrecho y tomamos sentido noroeste. Los compañeros aprovechan la llanura del valle del río para acelerar la carrera a pesar de que Seve pide que paremos para comer uvas en un viñedo, aunque su petición no tiene éxito.
Fue en este tramo donde noté que la rueda trasera iba floja. Paré y efectivamente el dedo gordo entraba fácilmente en la rueda. Mi tocayo conductor del coche me ayudó a hinchar la rueda puesto que la parada del café caía a poco más de medio kilómetro. Así en el bar de carretera “El Ventorrillo” (comúnmente conocida como “La Venta del Cojo”) aproveche para arreglar el pinchazo.
En esta parada estaba José-Luis González, que nos abandonó a poco de comenzar para evitar la cuesta de Zulema. Yo entré en el bar con la rueda trasera en la mano para cambiar la cámara. Jesús Sobradillo me ayuda a desmontar la rueda y José Luis González la monta con sus fuertes manos. Carlos Bracle nos invitó a café y vino por su cincuenta y cinco cumpleaños. Conserva muchas fuerzas para ser casi un abuelo.
Finalizado el recreo volvimos a nuestras monturas para iniciar la subida a Pezuela de las Torres. Subida dura donde Carlos se despojó de su casco, como en aquellos tiempos pasados en los que el ciclista podía subir el último puerto sin casco. La subida la hice bien pero una vez arriba iba sin fuelle, es decir, desfollado. Los compañeros que habían subido al mismo ritmo que yo, o parecido, volvían a poner sus bicis a más de 35 km/h cuando yo no cogía más de 30 km/h. Había bebido y comido bien por el trayecto y ya no aguantaba el ritmo de un grupo sin gallos. En fin, solo Jesús, que también iba castigado, Seve y Millán estaban cerca de mí. Así los cuatro llegamos en algo parecido a un cuarteto (realmente creo que nunca estuvimos los cuatro juntos, siempre alguno cedía) hasta Corpa para bajar con el viento de cara a Valverde. De Valverde a Torres se veía a lo lejos al resto de compañeros pero nuestro ritmo era inferior. Finalmente Millán aceleró su bici para despegarse de los tres restantes: Jesús, Seve y yo quedamos como cola de carrera.
En la subida de las vías del AVE, Seve se agarró al coche escoba y Jesús y yo lo perdimos de vista. Creo que así llego a pasar a Millán.
En la incorporación a la carretera de Alcalá a Mejorada vimos por delante a Millán y a nadie más. Jesús no podía relevar fuerte por lo que en ese tramo tiré yo, pero tan penosamente que un “Salchi” nos adelantó por detrás poco antes de llegar a Torrejón.
Así llegué a Torrejón y así lo cuento. Hasta el próximo día.
Torrejón de Ardoz, a veintitrés de septiembre de dos mil doce a las veintitrés horas y siete minutos.



Oscar Barbado.