Tercer domingo de Pascua.
Consulto el plano de la salida para el día de hoy y me percato de que la salida es a las nueve en punto (y no a y media como preveía). El motivo es que el recorrido de hoy tiene más de cien kilómetros. De este modo a las nueve en punto estaba en el trastero preparando la bici y salí directo a la carretera de Loeches sin pasar por el velódromo y por tanto sin firmar el acta de salida.
Va a ser mi tercera salida en grupo en lo que va de año y estamos en el decimosexto domingo del año (mal proyección llevamos).
En los primeros kilómetros no me encuentro a los compañeros por lo que deduzco que se han retrasado en la salida. Así, poco a poco tomo camino hacía Torres de la Alameda subiendo esa rampa larga sin tratar de calentarme demasiado. El pulsímetro ya marca 155 pulsaciones por minuto y aun no he llegado a Torres. En el cruce de esta población tomo sentido hacía la izquierda y me dirijo hacia Valverde de Alcalá subiendo nuevamente. Desde la carretera pude ver una carrera de motocross en una pista realizada en las laderas del monte. Poco después vuelvo la vista hacia atrás y veo al pelotón acechándome y a punto de darme caza. Iban al tran-tran, hablando entre ellos y sin mayor esfuerzo. Voy saludando a los que van en cabeza: Nacho, Sedano, Alejandro, Francisco Morante. A rebufo van otros muchos, los dos José-Luis, Maño, Nacho el arquitecto, Angel, Carlos, Queiruga, y otros.
El grupo todavía marchaba compacto. El coche escoba lo llevaba Martín (el hombre de bigote blanco) y como copiloto estaba Millán, convaleciente en un hombro. TODOS los componentes del grupo me adelantaron. Todos. Me quedé clavado en esas rampas, duras (sin duda) pero que no justifican el que no cogiera ni una rueda. Arriba, en el cruce de Corpa estaba parado junto a una rotonda nuestro coche escoba, para animarme y para esperarme. Decidí llegar hasta arriba y paré. Les dije que no me esperar puesto que todavía quedaban tres cuartas partes del recorrido y yo ya iba muy descolgado. Me invitaron a echar la bici al coche y subirme al asiento de atrás. Yo creí en ese momento que era mejor volver a casa en bici y así poder hacer algún kilómetro más que buena falta me hace para poder parecer un deportista digno de tal nombre.
En Corpa el pulsímetro marcó más de doscientas pulsaciones. Creo que superé con creces el umbral anaeróbico. Me senté sobre el guardarrail o quita-miedos y me comí una barrita. Poco después subían como motos seis ciclistas (uno de ellos mujer) con ropa de “Félix Pérez”. Saludé y tiraban para Pezuela de las Torres.
Después marché hacía Torres de la Alameda. Solo. Cruceme con Rafa, el subía sufriendo y bajaba sin pedalear. Hola Rafa, le dije al cruzarme con el y reconocerlo.
Parece que se confirman aquellas predicciones referentes a que lo bueno del año 2011 era que iba a ser menos malo que el año 2012. Sin entrar en muchas valoraciones:
- Se alza la edad de jubilación de 65 a 67 años y con vistas a alargarla nuevamente hasta los 70 años. ¿Quién nos garantiza vivir hasta los 70 años? ¿En que condiciones?.
- Suben los Impuestos: IRPF e IVA.
- Como consecuencia de los ajustes en el gastos público:
- No hay marcha cicloturista “Tito” por segundo años consecutivo (finalmente se perderá en el olvido).
- Se baja la subvención en el coste de los medicamentos.
- Suben los precios de matricula universitaria, cuando realmente hay universidades que deberían dejar de existir.
- A estas alturas del año 2011 ya había salido nueve domingos, frente a los cuatro que llevo este año. Llevaba a estas alturas en 2011, 527 kilómetros frente a los 164 kilómetros .
- Cada vez que subo una cuesta se dispara el pulsímetro a niveles exagerados posiblemente inciertos pero que en buena medida ayudan a que la sensación de fatiga y ahogo aumente.
En fin espero que la situación de nuestro país, nuestra sociedad, mejore y sea suficiente para todos. Lo de marchar mejor en la bici es algo secundario y no se le deben dar más importancia.
Hasta la próxima salida que no sé cuando será.
Torrejón de Ardoz, a veintidós de abril de dos mil doce.